La película lo ayudó en el duelo.

El actor de 38 años saltó a la fama internacional después de darle vida a Eduardo Saverin en “The Social Network” (2010). Esta cinta le valió la nominación al Globo de Oro en la categoría Mejor Actor de Reparto. Sin embargo, podemos decir que su actuación más popular es su versión del arácnido de Marvel en “The Amazing Spider-Man” (2012) y “The Amazing Spider-Man 2: Rise of Electro” (2014), dirigidas por Marc Webb. Y aunque dentro de su carrera tiene otras grandes interpretaciones, nunca había participado de un musical. Para todo, hay una primera vez.
En “Tick, Tick… Boom”, él es el protagonista. Interpreta a Jonathan Larson, un aspirante a compositor de obras teatrales que trabaja de camarero en Nueva York. Y a pesar de que el estilo musical del film implicó todo un desafío, ese no fue el motivo por el cual supuso un gran reto. Antes de comenzar el rodaje, tuvo que atravesar el dolor por la pérdida de su madre, lo que marcó un antes y un después en su vida. En una entrevista con New York Times, contó que esto fue justo antes de que la pandemia empezara, luego de una larga lucha contra el cáncer de páncreas que ella padecía.
“Dudé si iba a compartir esto, pero siento que es una experiencia universal. En el mejor de los casos, perdemos a nuestros padres y no al revés, así que me siento muy afortunado de haber podido estar con ella mientras ocurría. Pude leerle sus poemas favoritos y cuidarla”.
Andrew Garfield para NYT.
Y si bien explicó que no se sentía preparado para hablar del fallecimiento, Garfield expresó que filmar el largometraje lo ayudó a lidiar con su angustia de otra forma. “No quería que esta película terminara porque pude poner mi dolor en el arte, en este acto creativo”, confesó. Su intención fue homenajear a Larson y, al mismo tiempo, a su madre. “Ahora la audiencia conocerá su espíritu de manera inconsciente a través de Jon, que encuentro tan mágico y hermoso”, agregó.
“Es como si mi madre ahora viviera en mí de una manera que tal vez sea incluso más fuerte que nunca (…). Siento su esencia. Para mí, eso ocurre cuando uno puede aceptar la pérdida. Y es muy difícil en nuestra cultura porque no se nos da el marco o las herramientas para hacerlo. Se nos dice que nos engañemos y que rechacemos esta cosa universalmente vinculante por la que todos vamos a pasar en algún momento. Y es fascinante que esta gran aventura de la muerte no sea honrada”.
Está claro que este proyecto significó mucho más para él de lo que inicialmente esperaba. El musical autobiográfico “Tick, Tick… Boom” no solo se convirtió en un homenaje al talentoso Jonathan Larson, quien falleció sin conocer el éxito. También lo es hacia su progenitora, quien lo inspiró para seguir su camino como actor. Y a pesar de los desafíos que implicó, a Andrew Garfield le emociona que los espectadores puedan sentir lo que intentó reflejar a través de su trabajo.