En medio de una pandemia, el mundo necesita adaptarse para seguir viviendo, por lo menos hasta que todo pueda volver a la normalidad.

Con el pasar de los años, este clásico de los 70s se fue perdiendo al aparecer mayor calidad y comodidad en la salas, convirtiéndose en la actualidad, en un sueño de los nostálgicos que pudieron vivir aquella época y de los millennials que tienen una tendencia natural a lo vintage. Pero parece ser que su regreso no tiene nada con ver con el deseo del público, sino más bien por la necesidad de distanciamiento social y por las pérdidas que está teniendo el mundo del entretenimiento. De esta manera, el cine podría funcionar, empresas como Disney dejarían de llorar sus pérdidas y las personas podrían tener aunque sea una forma de salir de sus casas sin ponerse en riesgo. Todos felices.
Con el fin de que el cine no se convierta en una víctima más del virus, Alemania y Estados Unidos ya poseen las licencias necesarias para llevar a cabo este proyecto, y Argentina parece que va por el mismo camino. Por desgracia, los países mencionados llevan preparando esto desde marzo, y no es tan fácil como parece. Además de realizar los trámites necesarios para habilitar su funcionamiento, La Agencia Federal de Redes debe emitir un permiso para que el audio de la película pueda transmitirse en los autos sin intervenir en otras señales. Sin mencionar que se debe conseguir el lugar, llevar a cabo la instalación que se indique y, por sobre todo, obtener la aprobación del Gobierno.
Alemania, quien posee dos autocines que proyectan películas durante todo el año, asegura que esto es un éxito: “No importa la película que mostremos, la gente sólo quiere salir y ver algo. Tenemos los tickets agotados con semanas de anticipación“, contó Frank Peciak, trabajador del establecimiento. También, debido al pedido de distanciamiento social, se comenta que solo permiten dos personas por auto y un pequeño porcentaje dentro del lugar, de forma que, si el espacio tiene una capacidad para 1000 autos, solo 250 asistan a la función.
Pero eso no es todo. El pedido de una pantalla es también un hecho en el mundo del deporte. Algunos países tienen pensado transmitir los partidos desde fuera de los estadios, para que las personas puedan disfrutar en sus autos.
Sin dudas, esta sería una alternativa que, si se logra llevar a cabo con eficacia, podría aportar a la salud mental de muchas personas, ofreciéndoles una forma segura y divertida de salir. Y salvar la industria del cine de su inminente caída.