¿Te diste cuenta de esta curiosidad?
Cuando nos preguntamos qué es lo que más nos gusta del cine, numerosas opciones surgen. El soundtrack, la trama, los personajes, el escenario. Desde su concepción, la industria transportó a cada uno de sus espectadores hacia un sinfín de universos posibles. Mas, hay un determinado grupo de personas que disfrutan de un detalle que se volvió tendencia: los giros inesperados que se podían prever. Actualmente, toda forma de consumo propone ser una experiencia y las cintas aprovecharon eso para dejar pequeñas pistas que indicarían el final de la historia.
Más de dos décadas pasaron desde 1997, pero James Cameron no fue la excepción. Además de dar indicios de que el barco no estaba preparado para una crisis, el cineasta ubicó estratégicamente un diálogo que incluso se burla de la trágica despedida del joven soñador.
¿Quién no lloró cuando Leonardo DiCaprio se desvaneció en la profundidad del mar? En esa tabla entraban dos personas, pero no estamos acá para analizar la física de la madera. Ciertamente, el hundimiento del Titanic es algo que el espectador asume al momento de ver esta obra (que adapta el acontecimiento ocurrido en 1912), aunque eso no incluía que se lleve consigo al personaje ficticio más querido. Y si bien aún nos sigue doliendo esa cuestionada escena, la realidad es que fue una secuencia para la cual el mismo director nos preparó una hora antes.
Al comienzo de la película, conocemos un vistazo de la injusta vida de Rose y cómo intenta suicidarse hasta que su futuro enamorado aparece y la salva, al decirle que no le preocupa la caída al mar… sino, que el agua está demasiado fría. Según contó Jack, eso le recordaría a cuando resbaló mientras pescaba en el hielo, donde el helado océano penetra “como mil cuchillos apuñalando todo tu cuerpo”, dejándote incapaz de respirar y pensar en nada excepto en el dolor.
Puede que en aquellos minutos su diálogo se interpretó como una simple historia para ganar tiempo y recuperar a Kate Winslet; pero ahora, mejor intentemos no pensar en el bello y joven rostro de Leo sufriendo ese trauma tiempo después.
