Saltar al contenido

Crítica de “Spencer”: un cuento de terror sobre princesas

La película llegará a los cines argentinos el 17 de febrero.

Nos transportamos a diciembre de 1991, época que Pablo Larraín eligió para homenajear a Lady Di, y a su vez, rememorar sus mayores momentos de debilidad y lo abrumadoras que pueden ser las tradiciones de la Realeza en una cena navideña… poco acogedora. Bajo el guion de Steven Knight (“Who Wants to Be a Millionaire?”, “Peaky Blinders”), Kristen Stewart y Jack Farthing interpretan a la princesa Diana y al príncipe Carlos respectivamente, junto a Timothy Spall, Sean Harris y Sally Hawkins.

En los últimos años, fuimos testigos de la forma en la que Larraín desarrolló un fetiche por las ficciones (no tan ficciones) históricas. Su filmografía goza de títulos como “Neruda” y “Jackie”, donde perfeccionó las herramientas narrativas que ahora podemos apreciar en “Spencer”.

A través de una fotografía hipnótica, el director propone que nos sumerjamos en un juego de poder. La tradición versus la rebeldía, la Realeza versus Diana. Un partido de pool, con un único final. Este relato va más allá de la emblemática vida de la princesa de Gales, tiene como objetivo ubicarnos bajo su piel de seda y sentir como tres días pueden convertirse en una pesadilla, capaz de transformar un drama biográfico en una cinta de terror psicológico.

A pesar de la claridad del escenario, el filme indaga en lo profundo de la finca Sandringham en Norfolk hasta llegar a sus rincones más oscuros. Lady Di es prisionera, no de los paparazzis, sino de la Reina y sus afiliados, de ese estilo de vida tradicional y del amor perdido de su esposo y por sí misma. El fino montaje de “Spencer” quiere hacerte sentir agobiado, al evidenciar contrastes constantes entre sus personajes. Tan solo los primeros 10 minutos nos demuestran la gran diferencia: un ejército se prepara para la cena, mientras la princesa se atrasa al lucir su desprecio por aquello.

Imposible dejar de destacar la actuación de Kristen Stewart. Pablo Larraín prometió que confiaba en ella, y no se confundió. La llevó hacia el mayor papel de su carrera, y posiblemente, hacia su primer Óscar. De igual manera, se destaca la banda sonora compuesta por Jonny Greenwood, la fotografía de Claire Mathon, el impecable trabajo del equipo de arte y el labor de Jacqueline Durran, famosa vestuarista de Hollywood (especializada en largometrajes de época).

Propuesta ideal para los seguidores de esta figura histórica, cuya intimidad quedó grabada en los medios pero nunca en la conciencia colectiva. Al igual que la misma Diana de Gales, “Spencer” es una película que se niega a seguir las reglas. Las escenas silenciosas y las imágenes imprescindibles juegan con la mentalidad de su protagonista (y del espectador, también). No cuenta con un género concreto, ni con un mensaje directo. No mostrará los mejores looks de su estrella, sus grandes obras benéficas o sus escándalos más recordados. Las aves fueron criadas para ser asesinadas, Ana Bolena fue una víctima de Enrique VIII y Lady Di una mujer que solo necesitaba amor para ser feliz.