Basada en la novela de Frank Herbert, este film tiene la peculiaridad de ser recordado como el fracaso de David Lynch, que el mismo director mantiene con rencor y asegura que su figura no se relaciona en nada con el resultado final. A pesar de ello, con el paso de los años, ha logrado reunir fanáticos en todo el mundo, que perciben un carácter profundo más allá de los errores. Con la nueva versión de Denis Villeneuve en proceso, este podría ser el mejor momento para recordar algunos datos sobre la cinta de 1984 que, a pesar de ser una obra incomprendida entre las masas, goza de interesantes relatos de rodaje que, estamos seguros, los seguidores del género disfrutarán.
La participación de Ridley Scott
1979 fue un gran año para la ciencia ficción. El lanzamiento de “Alien” generó en la audiencia una nueva popularidad por el género que los productores deseaban con ansias explotar. Aquel título puso en la mira a su realizador, quien fue la primera opción para llevar a cabo “Dune”. Scott intentó reducir el extenso guion (escrito por el autor del libro) en dos partes, pero en cuestión de meses se dio cuenta de que el proyecto llevaría un mínimo de dos años, por lo que optó ceder su lugar a alguien más. Ante esta nueva oportunidad, apareció Lynch, que decidió aceptar, dejando de lado la oferta por parte del equipo de Star Wars para unirse a la producción de “El Retorno del Jedi”.
Curiosa elección
Si hay un detalle que no se le puede negar al film es el diseño de vestuario. El equipo de arte logró caracterizar a los personajes como nunca antes se había visto en el cine. Incluso hasta el día de hoy, la indumentaria que se utilizó, continúa siendo una de las más innovadoras e icónicas dentro del género. Aunque, gran parte del elenco, alegó que fue realmente incómodo utilizarlo. Patrick Stewart fue quien más se quejo, pero no por ello fue quien peor la pasó: el grupo de la Cofradía de Navegantes debió ponerse encima bolsas de cadáveres encontradas en un antiguo cuartel de bomberos. La producción prefirió omitir con los actores, hasta finalizar el rodaje, el hecho de que ya habían sido usadas.
Manual
Con el objetivo de que los espectadores pudiesen comprender la complejidad con que se presentaba la película, algunas salas de cine repartieron folletos que incluían información sobre el universo del libro, las elecciones dentro del film y aclaraciones sobre el lenguaje de los personajes.
Sabotaje mediático
Aunque en aquella época no existían las redes sociales para destrozar o agrandar la imagen de un producto, la prensa se encargaba de definir el futuro de una película. En este caso, se volvió popular hablar mal del desastroso proyecto de Lynch, algo extraño después de haber realizado una obra como lo es “El Hombre Elefante”. Esto llevó a que se iniciara un debate sobre cómo los Harkonnen representaban la homofobia, un tema sumamente delicado en aquel entonces. Los medios argumentaban que la pintura de el Barón, Vladimir Harkonnen, era una metáfora directa al SIDA. “¿Es un accidente que el villano homosexual tenga pústulas supurantes en su rostro?”, se preguntó el escritor Dennis Altmann, miembro de la comunidad LGBT.
Destino para algunos, suerte para otros
Como si fuese una premonición, el proceso de selección de artistas para participar en la película, fue más complicada de lo que se esperaba. Al ser un proyecto dentro de un género que estaba teniendo éxito, y con David Lynch como cara del mismo, lo último que hubiesen esperado los productores, es que rechazaron las ofertas para aparecer en el film. Entre los actores que fueron considerados se encuentran Glenn Close, Helena Bonham Carter, Val Kilmer, Rob Lowe, Christopher Reeve, Jodie Foster, Michelle Pfeiffer y Sarah Jessica Parker. Una lista extrañamente larga, ¿no? Por otro lado, Sean Young iba a rechazar su papel, pero se encontró con el cineasta en un avión camino a Los Ángeles y le habló sobre el guion. ¿Casualidad?
Banda sonora
Otro de los aspectos, que terminó infravalorado por la recepción de la audiencia, fue la música que se utilizó. Compuesta por Emmett Chapman, se puede apreciar dentro de la cinta un instrumento que él mismo creó: un Chapman Stick, comprendido como una mezcla entre guitarra eléctrica y bajo. Como si eso fuera poco, la exitosa banda de los 80s, Toto, también participó en el soundtrack, siendo éste su único trabajo en el mundo del cine.
¿Arte artesanal?
Varias opiniones abundan sobre los efectos especiales de “Dune”. Los usuales y extraños fueron criticados por quienes alardeaban de grandes expectativas; los innovadores, alabados. Pero lo que destaca del proyecto, es cómo eligieron ir de un extremo a otro. Por un lado, entre otros trucos impresionantes, esta película presentó la primera imagen humana creada por computadora, mientras que a su vez, utilizaron preservativos con gelatina adentro, para recrear las entrañas de un gusano. Perturbador, pero efectivo.
La secuela que nunca verá la luz
Con todo el auge que rodeo la ciencia ficción, se esperaba que “Dune” se convirtiera en un éxito en taquilla. La realidad fue muy distinta: su presupuesto fue de 40 millones de dólares, y recaudó solo 30 millones. Esto llevó a cancelar el guion que el mismo Lynch ya había iniciado para la continuación, puesto que había sido contratado para realizar una trilogía de la historia, que seguiría con “El Mesías de Dune”. Años más tarde, la polémica sirvió para llevar a la televisión las novelas de Frank Herbert sin mucha relevancia.
La decepción del cineasta
Cuando finalizó el rodaje, David Lynch debió enfrentarse a cuatro horas de metraje. Su intención -desde el inicio- fue un film de tres horas, ya que siempre supo que necesitaba el material suficiente para alcanzar la calidad que el relato precisaba. Pero Universal Studios y Aurelio De Laurentiis (productor de cine) no estaban de acuerdo con ello y recortaron el film a dos horas. Para lograr ese resultado se eliminaron escenas, otras fueron mezcladas para obtener una sola, se le agregó una introducción, una voz en off y el resto… fue historia. Este es el motivo por el cual su director asegura que el fracaso no fue suyo, que su verdadero trabajo no se encuentra allí, y en entrevistas no quiso hablar nunca sobre la cinta, porque lo considera algo doloroso.
“No tengo ningún interés en ‘Dune’ (…). Porque fue un dolor de corazón para mí. Fue un fracaso y no tuve el corte final. He contado esta historia mil millones de veces. No es la película que quería hacer. Me gustan mucho ciertas partes, pero fue un fracaso total para mí”, comentó sobre la nueva interpretación de Villeneuve.
Al darse cuenta de su error, la productora le ofreció realizar su versión más de una vez, y más de una vez se encontraron con un rotundo “no”.