La cantante se comprometió de más con la esperada película que llegará a los cines el 25 de noviembre.
Su nombre siempre ha destacado entre extravagantes titulares. Desde que comenzó su carrera en la industria musical, quedó claro que se llevaría todos los focos de atención en cada evento. Sin embargo, parece ser que vestirse con carne o llegar a la alfombra roja en un huevo gigante no se compararon en nada a la experiencia de ponerse bajo la piel de Patrizia Reggiani, ex esposa de Maurizio Gucci (Adam Driver en el film). Mientras que, en anteriores ocasiones, fueron sus seguidores quienes se perturbaron con sus acciones, esta vez fue ella misma quien se dio cuenta de que su pasión por el arte llegó demasiado lejos.
En una reciente entrevista para Vogue, Gaga reveló que pasar tantas horas esforzándose para interpretar a la italiana en el largometraje del aclamado Ridley Scott le generó ciertas “dificultades psicológicas” producto del ‘method acting’ (“una técnica de actuación en la que un artista aspira a una identificación emocional completa con un papel, basada en el sistema desarrollado por Stanislavsky y que se destacó en los Estados Unidos en la década de 1930”). En sus palabras:
“Sucedió hacia el final del rodaje. Estaba en mi habitación de hotel, viviendo y hablando como Reggiani, y también estaba en el set, viviendo y hablando como ella. Un día salí por Italia con un sombrero a dar un paseo. No había dado ninguno en dos meses y entré en pánico. Pensaba que estaba en el escenario de una película. Seré del todo honesta y transparente, viví como ella durante un año y medio. Y de ese tiempo, nueve meses los pasé hablando con acento. Fuera de cámara, nunca rompí con el personaje. Me quedé con ella”.
Lady Gaga para Vogue.
En conclusión, la cantante, y ahora estrella de cine, pasó aproximadamente tres años preparándose para el proyecto que podría llevarla hasta el Óscar (a pesar de las consecuencias). En el reparto la acompañaron Driver, Jared Leto, Al Pacino, Salma Hayek, Jeremy Irons y Jack Huston.
