El intérprete falleció a sus 28 años mientras rodaba para la cinta de 1994.

Conocido por ser el hijo del -también fallecido- intérprete Bruce Lee, Brandon murió a causa de un disparo que debía ser de fogueo y que terminó siendo de verdad. Si bien hay varias leyendas al respecto por lo sucedido con la prematura muerte de su padre, en este caso se trataron de negligencias por parte del equipo de grabación de la película.
Bruce Lee falleció cuando Brandon tenía ocho años, por lo que no pudo conocerlo a fondo ni compartir su carrera actoral con él. Pero de algo estamos seguros: había heredado su pasión por la interpretación. Este arte lo acompañó hasta el día de su muerte: el 31 de marzo de 1993.
Durante su carrera, el joven actor aspiraba a ser uno de los más grandes en la industria de Hollywood: “Me gustaría tener una carrera como la de Mel Gibson, que hace acción en ‘Mad Max’ o ‘Arma letal’, pero también goza de credibilidad gracias a ‘El año que vivimos peligrosamente’ o ‘Hamlet’”, confesó Brandon en una entrevista.
En ese momento, estaba dando sus primeros pasos: había trabajado en cintas como “Misión Láser”, “Rapid Fire” y “Little Tokio: ataque frontal”. Pero, el proyecto estrella llegaría pronto a sus manos… ese que iba a cambiar su vida para siempre y que lo iba a llevar a la fama mundial.
Se trataba de “El Cuervo”, película de tragedia romántica sobrenatural, en la cual un hombre regresa de la tumba para vengarse de los hombres que lo mataron a él y a su novia en la víspera de su boda.
Las grabaciones parecían ir bien, hasta que llegó el momento de rodar la primera escena de la cinta, en la cual su personaje entraba a su departamento y veía a unos hombres violar a su novia. En ese momento, el líder de la pandilla debía dispararle y el protagonista tenía que caer al suelo.
Al finalizar la escena, el director gritó “Corten”… pero Lee no se levantó. ¿El mayor problema? Creyeron que se trataba de una broma de su parte, ya que el actor siempre tenía muy buen sentido del humor, a pesar de las condiciones extremas por las que había pasado en el rodaje (como temperaturas bajo cero, retrasos en el calendario y constante lluvia artificial).
Falleció 12 horas después de efectuarse el disparo, a causa de una hemorragia interna, porque los 30 litros de sangre que le fueron transfundidos durante las seis horas de operación no habían coagulado.
Las negligencias de la grabación
Según la investigación que se llevó a cabo, ocurrieron desperfectos que, de haberse regulado, podrían haber mantenido con vida al intérprete. Debido a este incidente, la productora fue multada con $814.033,50 dólares.
En los rodajes de una cinta se suelen utilizar dos tipos de balas inofensivas: unas auténticas, pero vaciadas de pólvora (que se utiliza para los primeros planos y que se cargan en el arma) y otras que detonan pólvora, pero que están hechas de cartón (que se utiliza para los planos generales, que es cuando se dispara).
En uno de los momentos en que se rodó una escena, en la cual alguien metía munición en un arma en primer plano, uno de los casquillos de bala real se quedó atascado en el cañón de la pistola.
Otro punto a destacar es que el experto en balística, ese día, no estaba presente en el rodaje; esto se debió por la falta de presupuesto y tiempo que habían tenido los productores. Hecho sumamente importante, porque no se respetaron las regulaciones del sindicato para llevar a cabo este tipo de escenas.
Además, quien aprieta el gatillo nunca debe apuntar al cuerpo de su víctima. El autor del crimen accidental fue Michael Massee; fue quien disparó una de esas balas de cartón, cuya detonación propulsó el casquillo real que estaba encajado en el cañón todavía, y que atravesó el abdomen de Brandon.
Un dato a tener en cuenta es que el arma se utilizó dos semanas después de la escena en la que se había quedado atascado el casquillo de bala real. Tras tanto tiempo sin usarla, nadie había comprobado si estaba realmente vacía.
Un hecho mediático
El morbo en el público se podía notar y, tras haberse estrenado la cinta en el cine un año después de su muerte, la sala se llenó de espectadores. Una de las escenas más impactantes se trataba de la primera, en la que salía de la tierra del cementerio; mientras que la más fuerte, por supuesto, fue la que recibía el disparo… porque presenciaron el momento exacto en el que falleció en la vida real.
Paramount había sido el estudio encargado de la producción de esta película y fue quien se desentendió de la cinta, porque temía tener una crisis de imagen. Es por ello que Miramax puso una suma de alrededor de nueve millones de dólares para salvarla y estrenarla en 1994.