Un repaso de lo que sucedió allá, por el año 2010.

Ellos fueron dos figuras muy importantes en Disney, una de las compañías más grandes a nivel internacional. Se trata de los protagonistas de “High School Musical”, película musical de televisión que encandiló al mundo entero con su increíble historia, canciones y pasos de baile. Efron y Hudgens interpretaron a Troy Bolton y Gabriella Montez, dos estudiantes que se conocen en una fiesta de año nuevo y descubren su pasión por el canto, lo que los lleva a participar del casting musical de la escuela. Esta dupla era tan famosa en la casa del ratón, y pasaban tanto tiempo juntos grabando, que era inevitable que la chispa no saliese de la pantalla (tengamos en cuenta que eran pareja en la ficción, por lo que todo se volvía aún más difícil). Pero, desafortunadamente, un día el amor se disolvió. Si todavía no sabés el porqué, hoy te lo contamos.
La primera entrega comenzó en 2006, con Vanessa en sus dulces 18 y con Zac, en sus 19. Ambos eran fenómenos teen del momento. Eran bellos y talentosos. Lo tenían todo. Pero… eran muy jóvenes para lidiar con la fama y, al mismo tiempo, con las relaciones amorosas. Alrededor de cuatro años fue el tiempo que estuvieron juntos, y en 2010, terminaron. Cada uno siguió un camino diferente, salió con otra gente y estuvo en diferentes proyectos. Ya no estaban atados a seguir con Disney, no debían volver a encarnar a sus papeles estrellas. Dejaron atrás al pasado, por completo.
Poco se habló en su momento, y mucha información estaba basada en rumores. Los protagonistas de esta historia de amor no hablaban sobre ello con la prensa, quizá por respeto al otro o por una cuestión de imagen. Pero, años después, Vanessa hizo unas confesiones al respecto. Recordó a Zac en una entrevista y dijo: “Todo comenzó de manera realmente natural, y lo cierto es que no puedo estar más agradecida de haber tenido esa relación en aquel momento”, y agregó: “‘High School Musical’ fue un fenómeno masivo y tenía todos los ojos puestos en mí. Y esa es una sensación muy extraña, así que tener esa relación me ayudó a no perder la cabeza y a permanecer tranquila, porque tenía a mi lado a alguien que entendía perfectamente por lo que estaba pasando, porque él estaba en la misma situación”.
Pero, a pesar de esos momentos que parecían color de rosas, también hubo situaciones de tensión en la pareja. De las cosas más comunes eran las peleas en el set, las cuales se volvían tan explosivas, que el mismo director creía que la grabación iba a ser imposible de terminar. “Recuerdo que tuvimos una discusión enorme mientras estábamos ensayando, y Kenny Ortega, nuestro director, se acercó a intentar mediar con una cara de ‘No me digan que nuestra película se va al garete’”, contó la intérprete.
La presión por la fama y las reiteradas discusiones afectaban tanto a su relación, que decidieron ponerle fin de una vez por todas: “Estoy muy orgullosa de que ambos nos comportamos como verdaderos profesionales, así que, a pesar de que evidentemente íbamos a romper en el futuro porque era lo que teníamos que hacer, logramos dejar todo de lado y seguir adelante con el rodaje. Me sorprende porque éramos muy jóvenes, así que por eso digo que aquella relación nos ayudó tanto a estabilizar nuestras emociones”, concluyó.