Originalmente, se planeó terminar la saga con la muerte del personaje más icónico de Sly.
Escrita y dirigida por el Semental Italiano, la película estrenada en 1976 se consagró como un clásico del cine y llevó a su estrella principal hacia la fama. De esta forma, el actor logró desbloquear numerosos papeles que también lo acompañaron durante su carrera, como “Rambo” o “Cobra”. Pero, ninguno superaría su amor por el boxeador de Philadelphia. En 2006, el público se reencontró con el campeón luego de 15 años de su última pelea (que marcó el verdadero retiro del papel) para revivir un poco de lo que fue su nostálgico éxito. Años más tarde, Sylvester volvió a retomar su lugar en el ring, esta vez en una esquina que le permitió acompañar al nuevo protagonista: Adonis Creed, hijo de Apollo. Más allá del éxito que lograron las últimas cintas mencionadas o sus críticas, hay un detalle que las tres tienen en común: Stallone no estuvo dispuesto a despedirse de Rocky.
Al igual que sucedió en décadas recientes, cuando llegó el momento de producir el guion del film de 1990 (originalmente la última entrega), el intérprete tampoco pudo ver fallecer a Balboa. Tras su enfrentamiento con Ivan Drago en una versión adaptada de la Guerra Fría, los empresarios detrás del escritorio y el mismo Sylvester consideraron que era momento de dejar descansar al luchador. Aunque, no coincidieron en las formas. Durante su desarrollo, trajeron de vuelta al director original de la franquicia, John G. Avildsen, con la propuesta de devolverle sus valores y su naturalidad a lo que se estimaba como el cierre de la historia. En la actualidad, no solo no cumple esa función, sino que tanto los fanáticos como el actor la perciben como la peor cinta de la franquicia. Sin embargo, estamos seguros de que no hubiesen preferido el plan original.
Como adelantamos, en primera instancia se propuso que Rocky sea asesinado. La idea era así: luego de su pelea callejera con su ex aprendiz Tommy Gunn, un ya maltratado Balboa moriría a causa de sus heridas con el amor de su vida acompañándolo, Adrian. Stallone creyó que sería una escena muy emotiva e incluso lloró mientras la terminaba de escribir. Hasta que llegó Avildsen al rodaje, y lo hizo reflexionar. En plena filmación, argumentó que Rocky Balboa era demasiado querido e icónico para matarlo, y exigió que se cambiara el final. Sly finalmente llegó a la misma conclusión porque, además de coincidir con el realizador, se dio cuenta de que ese desenlace iría en contra de los valores del personaje, que son la perseverancia, la redención y la voluntad frente a la adversidad.
¿Hubieses preferido que “Rocky 5” finalice rodeado de lágrimas? Es un alivio que el boxeador haya sobrevivido. Tiempo después, la franquicia se reivindicó con la exitosa “Rocky Balboa” y, más tarde, alcanzó a nuevas generaciones con el estreno de las películas de “Creed” junto a Michael B. Jordan, logrando que el ícono, dentro y fuera del ring, se mantenga vivo en los corazones de sus fanáticos.