La intérprete dio fuertes declaraciones acerca de cómo transitó el contagio del SARS-CoV-2.
La popular actriz ha vivido una crítica situación con el virus: pasó siete semanas aislada en una habitación de su casa porque no se recuperaba del todo. Hasta la actualidad, ha mencionado que todavía no ha logrado estar al ciento por ciento a nivel salud, ya que posee secuelas por padecer la enfermedad.
Si bien ya comenzó la producción y distribución de vacunas, de momento, la situación no ha mejorado del todo. Las restricciones y confinamientos siguen en algunos países del mundo, y la ola de contagios se ha expandido, llegando a cifras preocupantes y complicaciones en los hospitales por las ocupaciones de las camas de terapia intensiva.
Ante todo esto, Salma Hayek llegó para deshacer toda esperanza de relajamiento. En entrevista con Variety, contó su traumática experiencia con el COVID-19: “Mi doctor me suplicó que fuera al hospital porque estaba muy mal y le dije ‘No, gracias. Prefiero morir en casa’”. Duras palabras.
La intérprete tuvo que mantenerse aislada por siete semanas en su casa de Londres, donde vive con su marido y su hija. Allí, contó que la situación fue tan grave que tuvo que necesitar oxígeno suplementario para poder sobrevivir. Y en la actualidad no ha conseguido mejorar del todo, ya que ha confesado que se fatiga más de lo normal.
Pero afortunadamente vivió para contarlo. Y la veremos pronto en pantalla, ya que retomó su actividad laboral el pasado mes para grabar “House of Gucci”, la próxima cinta de Ridley Scott que también contará con Adam Driver y Lady Gaga. Allí, encarnará a Pina Auriemma, una vidente que ayuda a Patrizia Reggini a organizar el asesinato de su ex marido, Maurizio Gucci. Esta obra está en planes para que llegue a finales del 2021.