“Todo el mundo tiene dificultades admitiendo que se equivocaron sobre algo”, confesó.
Una de las intérpretes más conocidas en la actualidad, en especial por su personaje en el Universo Cinematográfico de Marvel y otras cintas como “Marriage Story”, “Lucy”, “Lost in Translation” y demás. Johansson es de las más exitosas en el momento, pero toda fama conlleva sus escándalos: fue acusada de blanquear a Motoko Kusanagi en “Ghost in the Shell” (en la obra original, es asiática), criticada por haber aceptado el papel de un hombre trans en “Rub & Tug” (el cual tuvo que descartar por toda la polémica) y por haber defendido a Woody Allen.
En entrevista con The Gentlewoman, la actriz ha hablado al respecto: “Voy a tener opiniones sobre las cosas porque así soy yo. Todo el mundo tiene dificultades admitiendo que se equivocaron sobre algo, y cuando todo se hace públicamente, puede ser embarazoso. Tener la experiencia de ‘Guau, realmente me salí del tiesto ahí, no estaba fijándome en la imagen completa, o estaba siendo desconsiderada’… También soy persona”, dijo. Asimismo, confesó que está aprendiendo a “reconocer cuando no es tu turno para hablar. Puedo ser reaccionaria, impaciente. Eso no se mezcla bien con la autoconsciencia. (…) Es increíble cómo si hablas con la gente, sin prejuicios, así es como creces. Escuchar a la multitud, aprender sobre sus experiencias, compartirlas y verlas con tus propios ojos”.
Además, tiene el pensamiento de que el público le da una cierta importancia a lo que opinan o dicen los actores, y cree que no debería ser así. “No creo que tengan obligaciones de tener un papel público en la sociedad. Alguna gente quiere eso, pero la idea de que estés obligado sólo porque estás en el ojo público es injusta. No elegiste ser político, eres sólo un actor”, confesó, y agregó: “Sea cual sea mi visión política, todo eso, me siento más exitosa cuando la gente se puede sentar en un cine o en casa y desaparecer en una historia o una interpretación ver partes de sí mismos, o ser capaces de conectar con ellos mismos a través de la experiencia de ver una interpretación, historia o interacción entre actores o lo que sea. Y si se ven afectados por ello y piensan sobre ello, están sintiendo algo. Tienen una reacción emocional buena, mala, incómoda, válida, la que sea. Ese es mi trabajo. Todo lo demás no es mi trabajo”.
Sobre las redes sociales, también está en contra. La sensación de tener que ser políticamente correcto, para que el público no desate un escándalo y recaiga en la cultura de la cancelación, es un tema bastante debatido en los intérpretes últimamente. “Crean una sensación de ego irreal. Por supuesto, todo lo que digas, cualquier declaración que hagas o cómo vivas tu vida, la gente obviamente va a discrepar. Nos juzgamos todo el rato. Nos juzgamos a nosotros mismos constantemente. Creo que la gente iguala esa conectividad con ser autoconsciente. Para mí es diferente de ser autoconsciente. Y reaccionar a todo lo que les llega a través de esta mierda, tu sensación de la realidad está completamente distorsionada. No es normal estar tan expuesto. Puedes estarlo cuando estás en el ojo público, ¿pero también en el lado receptor, como un nervio sensitivo? ¡Es demasiado!”, concluyó al respecto.
¿Opinás igual que ella?